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Investigadores desarrollan nuevas técnicas con IA para detectar falsificaciones de arte

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Investigadores de la Universidad de Gante están desarrollando un sistema pionero que combina inteligencia artificial, reflectografía infrarroja e imagen hiperespectral para identificar obras de arte falsificadas, un fenómeno que afecta a cerca del 30% del mercado, según expertos.
“El número de falsificaciones en circulación es alarmante. Nuestro objetivo es encontrar métodos inteligentes que permitan detectarlas de forma más rápida y eficaz”, explica a EFE la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Gante e integrante del Consejo Europeo de Investigación Anna Tummers, quien lidera un doble proyecto que combina ciencia, arte y crimen.

Por un lado, Tummers está desarrollando un sistema para analizar falsificaciones en profundidad, partiendo de 20 fraudes conocidos y 40 obras de referencia de “maestros modernos y antiguos”, que por ahora mantiene en secreto para no dar demasiadas pistas a los imitadores.

El proyecto se llama ARTDETECT y su primer objetivo es generar nuevos conocimientos sobre anomalías significativas que delatan pinturas falsificadas. Tummers cuenta con dos millones de euros de fondos europeos, un equipo de siete personas y cinco años de trabajo para concluir en 2028.

En paralelo, la profesora acaba de recibir financiación comunitaria para un segundo proyecto, CODES, que desarrolla con la policía criminal y que pretende “ver cómo se puede aplicar” de manera práctica el conocimiento científico que vaya generando ArtDetect, y en el que se fijarán en 150 fraudes potenciales de un centenar de artistas.

El sistema combina técnicas de análisis físico y químico con inteligencia artificial, enfocándose en patrones estadísticos como la “craquelure” (las finas grietas del barniz o la pintura) que muchas veces pasan desapercibidas al ojo humano.

La IA reforzará la capacidad de análisis del experto gracias al análisis de cantidades ingentes de datos, pero no sustituirá a la pericia del ojo entrenado porque “un cuadro es un objeto tridimensional, no un conjunto de píxeles”, razona Tummers, que alude al estado de conservación de la obra o los materiales elegidos por el artista, donde no llega la inteligencia sintética.

“Miraremos aspectos muy particulares que se pueden estudiar muy bien con métodos estadísticos” con el objetivo de generar “herramientas digitales y listas de verificación” para identificar obras de alto riesgo potencial, resume.

El trabajo, en definitiva, contribuirá a combatir un problema que afecta al mercado del arte, pero que es muy difícil de calibrar.

“No sabemos exactamente cuánto hay, no hay forma de verificarlo”, indica Tummers, quien intuye que no son pocos, en virtud de los casos que han salido a la luz en los últimos años, y los nombres de expertos y museos que se han visto salpicados.

La profesora subraya que es difícil encontrar un Leonardo falso, y que probablemente afecta más a las obras menos estudiadas a nivel técnico, incluyendo “la parte baja del mercado”, donde la información es más difusa y muchos trabajos son adquiridos en plataformas digitales.

Para evitar fraudes artísticos

Los expertos policiales, añade, han detectado en la circulación de fraudes artísticos patrones similares y a veces coincidentes con los de otros negocios relacionados con el crimen organizado, como el tráfico de armas o de drogas.

El detective neerlandés Arthur Brand, conocido como el “Indiana Jones del arte”, cree que un tercio de la obra que se comercializa es falsa.

“Parto del principio de que el 30% de las obras disponibles para la venta son falsas, ya sea en una casa de subastas o en una galería (…). Algunos expertos opinan que las cifras reales son aún mayores. Cada museo posee así falsificaciones sin saberlo”, comentó en la cadena belga VRT.

Brand, que a partir de datos de la CIA estima que el negocio ilegal del arte mueve unos 8.000 millones de euros al año, asegura haber recuperado unas 200 obras robadas, entre las que se cuentan un anillo de Oscar Wilde, un busto de mujer de Picasso o un paisaje de Van Gogh y, recientemente, un lienzo de Brueghel robado en Polonia en 1974.

La historia del arte está repleta de profesionales de la falsificación, como Han van Meegeren, quien vendió un Vermeer falso a los nazis; Wolfgang Beltracchi, descubierto en 2010 por utilizar un pigmento demasiado moderno, o el húngaro afincado en España Elmyr de Hory, que inspiró la película de Orson Welles F for Fake (F de falso).

Fuente: EFE.

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