Notas
El peligro de las gaseosas
El consumo diario de bebidas gaseosas azucaradas es frecuente en adolescentes y jóvenes, como lo demuestra una encuesta a nivel nacional. Tanto la mala alimentación como el sedentarismo contribuyen al sobrepeso y la obesidad ya desde una edad temprana.
El siseo que se produce al destapar una bebida gaseosa es para muchas personas sinónimo de la frescura que se abre de manera oportuna para calmar la sed. Tanto es así que personas de todo el mundo recurren a estas bebidas para acompañar casi todas sus comidas a cualquier hora del día.
Las gaseosas y los refrescos son como «una necesidad» muy favorecida por la publicidad, además de la facilidad con que se adquieren. Están a la orden del día en quioscos, no solo estas bebidas, sino también alimentos ultraprocesados, por los cuales optan mayoritariamente los adolescentes y jóvenes en edad escolar.
A raíz de esa realidad cotidiana, que a veces hasta pasa desapercibida, el sobrepeso y la obesidad son un problema que se da de manera cada vez más temprana en la población. Según un estudio reciente denominado Encuesta Global de Salud Escolar, en Paraguay el 32,7% de los estudiantes sufre de sobrepeso y obesidad, el 7,7% padece de diabetes y en el 6,3% ya se registra hipertensión.
La nutricionista Angie Paiva, con Diplomado en Psicología de la Obesidad y TCA, coincide en que estos problemas se detectan ahora a muy temprana edad. “Yo tengo incluso pacientes de 10 años ya con colesterol o con azúcar alta; eso antes aparecía recién a los 30 o 45 años, pero ahora cada vez más temprano”, asevera.
“El drama de los chicos hoy es el exceso de azúcar, porque hay azúcar en todo lo que ellos consumen. También el sedentarismo, ya que se mueven menos», agrega.
GASEOSAS, AUMENTO MALSANO DE PESO
El 60,1% de los alumnos reconoció que ingiere bebidas gaseosas azucaradas más de una vez al día, índice que resulta bastante alto en cuanto a la frecuencia en jóvenes y adolescentes que todavía se encuentran en edad escolar.
“Las calorías aportadas por las bebidas azucaradas tienen poco valor nutricional y pueden no proporcionar la misma sensación de plenitud que ofrece el alimento sólido. Como resultado, puede aumentar el consumo total de energía, lo que a su vez puede llevar a un aumento malsano de peso. Los datos de que se dispone actualmente indican que el aumento del consumo de bebidas azucaradas está asociado con el sobrepeso y la obesidad en los niños”, explica al respecto la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En ese sentido, Paiva comenta que las gaseosas puntualmente tienen ácido fosfórico. “Por más light que sea, de todas maneras las gaseosas tienen componentes de los cuales no se puede abusar. Máximo se puede consumir los fines de semana o muy de vez en cuando; prohibirles totalmente el consumo tampoco es real”, refiere.
Por su parte, la nutricionista Susana Sánchez desaconseja el consumo de gaseosas de cualquier tipo en la niñez y en cualquier etapa de la vida, “debido a que no constituyen un alimento que brinde aporte nutritivo alguno”, subraya.
EXPERIENCIAS EN OTROS PAÍSES
Algunos países de la región le han declarado la guerra a las bebidas gaseosas azucaradas al poner a conocimiento de la ciudadanía el daño que representan para la salud.
Por ejemplo, Argentina, el año pasado, decidió elevar el impuesto a las bebidas gaseosas azucaradas y también México concretó lo que después denominaron como «el impuesto saludable». Por ende, el país de los mariachis ha realizado una feroz campaña en contra de estos productos con informes que sugieren que unas 24.000 personas mueren al año por esta causa en México.
Incluso, por ese motivo, algunas conocidas marcas de bebidas gaseosas han tomado la decisión de suprimir el azúcar de sus productos, no solo como una medida más saludable sino también –en cierta forma– para evitar pagar más impuestos en varios países.
LOS JUGOS NO QUEDAN EXENTOS
“Los padres usan el pretexto de que sus hijos por lo menos llevan jugo en vez de gaseosa y yo les tengo que hacer el análisis de que tiene la misma cantidad de azúcar. Hay que desterrar esa idea de que los jugos son mejores que las gaseosas”, insiste Angie Paiva.
Por ese motivo, recomienda intercalar. «No consuman todos los días jugos o bebidas con azúcar regular, a veces que sean los jugos light y también que le enseñen desde niños a tomar agua”, enfatiza.
¿DÓNDE SE REALIZÓ LA ENCUESTA A NIVEL NACIONAL?
En marzo de 2017, por primera vez se llevó a cabo en Paraguay la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) en un trabajo conjunto entre el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El estudio fue publicado este año.
El muestreo se realizó a partir de 49 escuelas y colegios de 12 departamentos del territorio nacional, además de Asunción, capital. El 77,6% de las escuelas corresponden a la zona urbana y el 22,4% a la rural.
Fueron incluidos alumnos del octavo y noveno grados de la Educación Escolar Básica (EEB), además de los tres cursos de la Educación Media. La mayoría de las instituciones educativas que participaron son del sector público y, en menor porcentaje, subvencionadas y privadas.
“La prevalencia del sobrepeso y la obesidad se observa claramente en los estudiantes de 12 años y menos y en los de 13 a 15 años. A partir de los 16 disminuye de manera importante”, refiere el estudio.
Además de la mala alimentación, estos resultados también son producto en la falta de actividades físicas, aspecto en el cual coincidieron las especialistas que hablaron con ABC Color de su experiencia en esta problemática.
Por ejemplo, en un punto específico, los estudiantes han señalado que no caminaron ni montaron una bicicleta para ir o volver de la escuela durante los últimos siete días, cifra que asciende al 43,4% en total, mientras que al dividir esto por sexo, en el gráfico siguiente se puede observar que hay un mayor porcentaje de mujeres que varones.
LA POBREZA TAMBIÉN PUEDE GENERAR SOBREPESO
Otro punto que influye en la mala salud de los niños y adolescentes es la desigualdad del ingreso económico, puesto que hace más difícil el acceso a los alimentos de buena calidad nutricional, según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe (2017).
“La cantidad de alimentos de calidad a los que accede la población más vulnerable se ve amenazada, aumentando el consumo de alimentos más baratos, pero con mayor densidad calórica y menor aporte nutricional”, refiere en su apartado sobre el acceso a los alimentos.
En ese contexto, este problema también tiene ciertas bases en un trasfondo social en el cual “ser gordito” no es sinónimo de salud ni de riqueza, sino también de un limitado acceso a alimentos más saludables.
La nutricionista Angie Paiva coincide en que este puede ser un factor que incide en la problemática. “Por darte un ejemplo, hay galletitas que tienen grasas trans, margarina barata, porque usan materia prima de calidad más baja para poder hacerlas más baratas, entonces vos sabés que en Paraguay una pera te podría costar más cara que una galletita y optás por eso. Pero es cuestión de encaminarles a los padres con las frutas de estación, por ejemplo. Hay formas, tampoco debería ser una excusa”, comenta.
¿QUÉ HACEN AL RESPECTO EL MEC Y SALUD PÚBLICA?
La respuesta constituye básicamente la concienciación. Se han elaborado métodos capaces de incentivar a las instituciones públicas a establecer mecanismos para que las escuelas logren ser más saludables.
“En el marco de la promoción de la salud, las estrategias desarrolladas son las de Escuelas Saludables y Familias Saludables, con indicadores bien definidos en cuanto a la alimentación escolar (…) Ambas estrategias impulsan, a través de metodologías participativas, una alimentación variada y saludable”, responde la Lic. Gloria Aquino, de la dirección de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud.
Para el efecto, las instituciones deben decidir postularse para recibir la certificación. Algunos requisitos son: la incorporación de una dieta equilibrada y saludable, la regulación de alimentos que se venden dentro y en el entorno inmediato a la escuela, creación de huertas escolares y que el momento de alimentación sea considerado como espacio relacional y educativo.
INSTITUCIONES «MODELO»
Gloria Aquino explicó que Paraguay cuenta ya con modelos de escuelas saludables en el departamento de Misiones, acreditadas por las entidades competentes.
“La experiencia del mencionado departamento ha sido ganadora del concurso de Experiencias Significativas en Promoción de la Salud, a nivel mundial, impulsado por la OPS/OMS en el año 2017. Es relevante un trabajo intersectorial, que requiere de la participación comunitaria y social que aborden los factores determinantes de la salud de la población escolar en cada municipio, teniendo en cuenta la realidad del mismo, mediante un diagnóstico participativo y una planificación participativa”, subraya.
Por ese motivo es que no se puede imponer esta metodología en las escuelas, ya que requiere de la colaboración de todos los componentes de la comunidad educativa, incluyendo los padres.
MERIENDA, ALMUERZO Y CENA ESCOLAR
Recién en el año 2014 se promulgó en Paraguay la Ley N° 5210/14, de “Alimentación Escolar y Control Sanitario”. Actualmente, son 6.024 instituciones educativas públicas, con 792.120 estudiantes, que se benefician del desayuno-merienda escolar.
Así también, las instituciones educativas del país a las que llega el almuerzo escolar son 3.394, con 317.731 estudiantes, según los datos proporcionados por Milena Fernández, encargada de la dirección de Alimentación Escolar del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
Entretanto, el total de instituciones públicas en Paraguay asciende a 7.638.
¿QUÉ ALIMENTOS SE DAN EN LAS ESCUELAS?
Alimentos líquidos: leche entera fluida UAT y leche entera fluida UAT enriquecida con hierro, zinc y vitamina C. Alimentos sólidos: galletitas dulces con semillas de chía o sésamo, galletitas dulces, magdalenas, palitos o rosquitas, pan lacteado, alimentos a base de maní, cereales para desayuno, galletitas crackers, galletitas dulces con harina de arroz, de chía o semilla de sésamo, chipita, chipa-pirú.
Como fruta fresca, banana, y el alimento complementario, miel de abeja (se podrá administrar en una porción de no más de 5 g, acompañando al pan 2 veces a la semana como máximo), señala el informe del MEC.
¿QUÉ ES LO MÁS RECOMENDABLE PARA LOS PADRES?
La nutricionista Susana Sánchez recuerda que, en primer lugar, es importante un desayuno completo en la casa antes de ir a su escuela o colegio (una porción de leche o yogur o queso, más cereal tipo avena o un panificado).
“De esta manera, la merienda o recreo tiene la función de mantener ciertos niveles de glucosa en sangre para permitir que el estudiante pueda lograr una adecuada atención en el aula. Por lo tanto, los alimentos para el recreo deben ser fáciles de digerir y nutritivos”, acotó.
Por ejemplo, de la página web del Instituto Nacional de Nutrición (INAN) se pueden descargar el díptico y el afiche de recreo saludable para tener ejemplos y opciones.
Recomienda por lo menos una hora de ejercicio por día de lunes a viernes, o algún tipo de actividad física, para que los niños y jóvenes puedan mantener un peso saludable.
En ese contexto, la especialista Angie Paiva aconseja que los padres «negocien» con los chicos sobre su alimentación. “Que intercalen, que sean tres días saludables en los que traten de llevar comidas caseras y dos días de productos que ellos elijan, pero que sean en porciones pequeñas; también lo que no es saludable hay que medir. No se trata tampoco de darles una bolsa grande de galletitas”, aclara.
CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD
Tanto el sobrepeso como la obesidad –cuando se mantienen en el tiempo– acarrean consecuencias delicadas y negativas para la salud física y emocional del niño, ya que lo predispone a alteraciones del colesterol y triglicéridos en sangre, aumento de glucosa e insulina, favoreciendo de esta manera la aparición temprana no solo de diabetes sino también de hipertensión y problemas cardíacos a mediano y largo plazo, enumera Sánchez.
«A corto plazo se observa problemas en las articulaciones y en la columna vertebral o la falta de oxígeno durante las horas de sueño (apnea del sueño), que afectan al desarrollo cerebral, así como también es frecuente ver baja autoestima y depresión en niños y adolescentes obesos», puntualiza.
NIÑOS Y JÓVENES MÁS SANOS
La alimentación es la base esencial para niños, jóvenes y adultos en todas las áreas de su vida. Pero, en este sentido, cabe resaltar que en los primeros años es imprescindible para el buen desarrollo y poder rendir al máximo durante las actividades académicas.
El buen comer es un hábito que se debe aprender en la casa desde temprano, por lo que es trascendental aquí la tarea de los padres y los educadores. Un niño que aprende a alimentarse sanamente será un adulto que buscará siempre equilibrar todo lo que consuma a lo largo de su vida.
A pesar de que hay un buen porcentaje de jóvenes con peso normal, tanto los padres como las autoridades deben apuntar a disminuir al máximo posible las cifras de niños con sobrepeso, teniendo en cuenta que prevenir enfermedades crónicas o problemas psicológicos es mejor que curarlos o tratarlos. abc
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